El juguete que se creía el mundo

Bill Phillips sacó la carrera de Ciencias Económicas muy, muy raspado, pero le hicieron enseguida profesor de la London School of Economics, nada menos. ¿Por qué? Pues parece que porque consiguió traducir el modelo keynesiano de funcionamiento de la economía a unos cuantos tubos y depósitos, y nada les hace sentir más feliz a (la mayoría de) los economistas que una simplificación absurda, irreal, pero controlable y con las conexiones bien visibles. Así era su modelo hidráulico de la economía:

en

Lo importante es no perder de vista que los modelos económicos son así de simples (y los economistas se ufanan de ello, y si uno complica las cosas en una dirección que no les guste, le acusan de hacer el modelo intratable). Compárese, por ejemplo, con una esquema sencillito de las cadenas tróficas de un arrecife:

Se ve que los biólogos han tomado la enloquecida decisión de adaptar su modelo a lo que estudian, y no al revés.